Este primer texto lo escribí el coche un día que hice 2:10 horas de la oficina a la casa y en respuesta al comentario de alguien que defendía la "pena de vida" (cadena perpetua) por encima de la "pena de muerte":
La libertad es el máximo valor, por encima de la vida, al menos para mi vida propia. Si fuera condenado a cadena perpetua preferiría irme con Él, a seudo vivir encerrado. Sin embargo, aún estando contra la pena de muerte dudo que quien está dispuesto a matar no sólo a una persona sino a torturarla valore la libertad por encima de la vida. Pero aún así me opongo a la pena de muerte porque no puedo juzgar con sus criterios a quien con sus hechos niega mis valores y los de la sociedad en la que vivo y reniega del pacto social que supone el respeto a la integridad de los demas.
Aún así, no estamos aún dispuestos a discutir la ley más difícil contra el secuestro: congelar las cuentas del primer círculo del secuestrado ... algo que pareciera tan inhumano ha demostrado ser la mejor vía para combatir el secuestro.
Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel (Sic)
Aminadab Pérez Franco me respondió:
No mi estimado Tío Remes, te equivocas en esta ocasión.
Falso que la libertad sea el máximo valor, noción completamente equivocada como lo están tantas clases en las escuelas y facultades de ciencia política, cuyos programas de estudio están inspirados en la ideología liberal que -recordemos- no es la doctrina humanista de Acción Nacional.
Para nosotros el máximo valor es la dignidad de la persona humana, esa que tiene lugar en el lapso temporal que llamamos vida, derecho que nosotros defendemos desde el momento de la concepción y hasta la muerte natural. Si recordamos cuando el PAN ofrecía formación doctrinal a fondo a sus miembros, sabemos que la libertad es una capacidad ejercida por la Persona Humana a partir de sus cualidades espirituales de inteligencia y voluntad, por lo cual es absolutamente superior la dignidad humana que la libertad humana que es consecuencia de la primera.
Por eso resultan completamente abominables casos como los que se han comentado esta semana, el problema esta en que -cómo aguna vez comentaba con Salvador Abascal- si uno de esos abominables crímenes le ocurriera por ejemplo a uno de mis hijos y el culpable cayera en mis manos, lo más seguro es que lo descuartice, ese es el sentimiento de venganza que impulsa a quienes dicen estar a favor de la pena de muerte... vengarse. El problema es que eso no es justicia sino barbarie, no es Estado de derecho sino Ley del Talión.
Me sorprende que en el PAN del presente surjan expresiones donde no se abogue por la dignidad y si por la libertad, que no se abogue por la justicia sino por la venganza, además de otras determinaciones de cuestionable talante democrático; todo esto exhibe nuestra pobre situación en cuanto a la formación doctrinal y en filosofía social, por eso el partido se nota extraviado y confuso, porque si hasta en lo esencial hay dudas, imagínense lo que significa andar en los territorios falibles y discutibles del discurso, la oferta o la gestión pública donde con tanta frecuencia damos palos de ciego.
Mi respuesta fue esta:
Estimado Aminadab:
No tendría los elementos suficientes para argumentar más allá de mi convicción personal. Mi conocimiento de la doctrina del partido no va más allá que la lectura de los documentos básicos y otros textos, la experiencia partidista y el curso de iniciación que he tomado un par de veces porque de hecho he entrado también un par de veces al partido (1992 y 2001). No soy tan conocedor de la doctrina como tú.
Mi reflexión personal, entonces, es más de politólogo -que soy, quizá de allí viene la "noción completamente equivocada" a la que te refieres- que de panista -que también soy con mucho orgullo-, y con un sesgo de otras profesiones que me han llegado por la experiencia de vida (economía y derecho, sobre todo), y de una que otra experiencia en la calle:
Si la vida está por encima de la libertad, entonces la "brega de eternidad" se vuelve una contradicción: el punto en que yo estoy dispuesto a dar la vida por un ideal estoy poniendo un valor más alto que el de mi vida. Si yo hago de mi vida una construcción permanente de una sociedad mejor, con valores, con principios, con ideales, asumo que en el momento más adverso mi vida está en peligro, como han estado las vidas de muchos panistas sobre todo en el pasado, y por tanto asumo que esa brega (que es el reflejo de una serie de libertades: de acción y de pensamiento, entre otras) es mi deber y sin obligar a nadie a que dé la vida por ello, puedo yo estar dispuesto a dar la mía propia por un ideal.
Si yo pongo la vida por encima de mi libertad corro el riesgo de asumirme en la mediocridad que mantiene pasivos a los ciudadanos en medio de una dictadura. No te puedo exigir que des tu vida para combatir el autoritarismo, pues es legítima la pasividad frente a la opresión. Tu dignidad sí queda por encima de todo porque no te puedo obligar a ser libre, pues estaría violentando esa dignidad. Si, en cambio, estoy dispuesto a andar una brega de eternidad es porque hago de mi lucha mi vida, la vida se realiza no en la respiración o el latido del corazón, sino en mi libertad o en mi lucha por esa libertad. Dar la vida por algo, alguien o Dios, supone valores superiores a la vida de uno mismo. Y por eso puedo decir que para mí la libertad -y sabiendo lo que decía enfaticé que lo decía para mi vida propia- es el valor máximo.
RRTM
Luego Aminadab me respondió:
A ver Remes.
Es obvia la imposibilidad de explicar integralmente el concepto de la dignidad de la persona humana en un breve correo. Pero es fundamental situar la noción de la libertad humana en el ámbito exacto de la dimensión espiritual de la persona.
Los libros de filosofía social, de antropología filosófica, los manuales de doctrina social cristiana y los escritos de González Luna, González Morfín y Castillo Peraza, enseñan muchas veces que en la dimensión espiritual e intangible de la persona, esa que los materialistas niegan y los liberales idealizan, existen dos cualidades del ser humano de las que carecen casi por completo otros seres: la inteligencia y la voluntad.
La inteligencia es la cualidad que te permite conocer y comprender el mundo que te rodea y además la capacidad de transformarlo y utilizarlo para satisfacer tus necesidades materiales y espirituales, así como para distinguir el bien y el mal. La voluntad es la capacidad de actuar en un determinado sentido, generalmente en beneficio suyo, de su familia y de la comunidad.
La libertad es la conjunción responsable de la inteligencia y la voluntad, es la acción racional de escoger con sentido de bien, de bienestar, de beneficio y no, como suponen los liberales, la posibilidad de hacer o dejar de hacer lo que a uno le plazca, cual adolescente libérrimo que piensa que su posibilidad de hacer carece de límites sociales, éticos o económicos.
Claro que los libros te lo pueden explicar mejor que yo, pero es evidente entonces que la libertad no es para nosotros el máximo valor, porque sí lo es la diginidad de la persona humana. En este sentido no deberíamos dejarnos llevar ni por la noción del liberalismo económico "laissez faire", como tampoco las del liberalismo político que acaban por someter la libertad humana de la mayoría a la caprichosa libertad de los que más tienen, o de la utópica "libertad real para todos" quye piensa que una pensión universal o renta básica general para la población es suficiente para detonar el desarrollo pleno de las capacidades espirituales de la persona.
Es obvio que lo anterior no excluye el hecho de que el PAN coincida con la necesidad de dar un orden liberal al Estado, consagrado en la democracia, el federalismo, el equilibrio de poderes, el respeto a los derechos humanos y garantías individuales que debe reconocer la constitución y la necesidad de que el gobierno sea promotor y no dueño de la economía.
Que conste
Y luego mi respuesta fue:
A ver Aminadab o
Estimado Aminadab:
La primera conclusión que yo podría sacar de esta conversación es que esencialmente pensamos distinto. En teoría pensar distinto no sería nada grave -aquí hay muchos que pensamos distinto-, salvo que estamos pensando distinto en lo esencial, no en la forma. Es decir, no estamos discutiendo si estamos a favor o en contra de la Supervía de Los Poetas a Luís Cabrera, o de un Tren Suburbano de Guadalajara a Tlajomulco o a El Salto. Estamos en un punto en donde yo develo ser más liberal que humanista, en un foro en el que, sea por dogma o por convicción, todos o casi todos se antepondrán el apelativo de humanistas, antes que el de liberales (lo sepan o no, defender). A partir de este momento estoy pisando arenas movedizas.
Un individuo sin voluntad (y una persona humana puede llegar a serlo, y de hecho lo es en sus primeros meses de vida) es un individuo sin libertad. La voluntad se pierde en casos extremos de pérdida de libertad. La inteligencia también se pierde cuando, por influencia de terceros o por enfermedad, se llega a la locura. La condición de persona humana no se pierde con la locura.
Cuando yo leo:
La libertad es la conjunción responsable de la inteligencia y la voluntad, es la acción racional de escoger con sentido de bien, de bienestar, de beneficio y no, como suponen los liberales, la posibilidad de hacer o dejar de hacer lo que a uno le plazca, cual adolescente libérrimo que piensa que su posibilidad de hacer carece de límites sociales, éticos o económicos.
encuentro ya un pensamiento que se va alejando del mío. Si la afirmación queda en "la libertad es la conjunción de la inteligencia y la voluntad" no tengo ninguna discrepancia. He hablado de libertad sin definirla. Dada mi costumbre de ser mi propio teórico a partir de lo que voy aprendiendo de otros autores, de la realidad y la reflexión, podría llegar a una definición propia. Sin embargo podría retomar la tuya sin el adjetivo "responsable", y desde luego ni los demás adjetivos de la cita "sentido de bien" y "libérrimo".
Para mí no existe el libertinaje. Cito algo que escribí hace unos años:
Robinson Crusoe no conoce la libertad sino hasta que se encuentra con Viernes. En la medida en que el ejercicio de la libertad sólo se limita con el respeto a los demás y es completamente congruente, todos los individuos serán libres. Para mí no existe el libertinaje, ese es un invento de quienes consideran como exceso cualquier ejercicio mayor de libertad que el que ellos mismos ejercen. En última instancia el individuo es libre de dañarse a sí mismo, siempre que no dañe a los demás.
El carácter social de la libertad le supone los límites que la convivencia con los demás impone. Una parte de lo que estoy diciendo nos puede llevar a la vieja discusión -estéril, quizá- de si existe un sonido aún cuando nadie lo escuche, por ejemplo, cuando cae un árbol en medio del bosque sin ninguna persona que atestigüe. Sin embargo lo que quiero reforzar es que la libertad existe cuando convivimos con los demás. Y lo que quiero decir con esto es que tú no me puedes imponer más limites que el respeto a ti y a los demás, mas no el respeto a mí mismo.
Me parece que cuando una filosofía asume posiciones subjetivas nos lleva a problemas de límites: ¿tengo derecho a fumar tabaco? ¿marihuana? ¿consumir drogas duras? ¿suicidarme? ¿autorizar mi muerte por eutanasia? Estas posiciones a su vez nos llevan a posicionamientos morales muy cuestionables. FUMAR MATA dicen ya las cajetillas de cigarros en algunos países, ahora algunos han cambiado a FUMAR TE ESTÁ MANTANDO. ¿No es un mal ejercicio de la libertad? ¿Fumar marihuana sí? ¿consumir drogas duras sí? Mi problema con el cigarro es que no me gusta que me echen el humo o que todo apeste después de una borrachera de cigarro; tendría problemas con la madre de mis hijos si ella fumara durante el embarazo o la lactancia, porque estaría afectando a un tercero que no puede protestar. Bajo la lógica de que la vida está por encima de la libertad, el alcohol y el cigarro deberían estar en la misma categoría de las drogas, es decir prohibidos; en cambio bajo la lógica de que la libertad esté por encima de la vida, el consumo individual no es un problema, lo que es un problema es su proliferación social, es decir, la producción, la distribución, el fomento y el comercio; y aquellos "vicios" que no se conviertan en un cáncer social por estar ya arraigados -alcohol y tabaco- pueden ser permitidos, y los demás ya sea prohibidos o controlados.
No te convenceré, sin duda, pero ahora que hago planteamientos muy liberales cabría una pregunta: puedo seguir siendo panista si antes que "humanista" soy "liberal". Desde mi punto de vista sigo siendo humanista, pero tengo una discrepancia en un tema esencial. Pero dejando de lado que soy yo quien se autodenomina humanista, podemos valorar algo importante. En torno al tema de la Cadena Perpetua más de uno ha respondido aquí que está de acuerdo con la pena de muerte, posición que los ubica mucho más lejos que el que suscribe de la posición humanista. Y sin embargo seguirán siendo panistas. En efecto, Aminadab, algo está pasando que no todos los panistas tenemos una base ideológica común y los resultados a la hora de gobernar pueden ser desastrozos. Sin embargo creo que los partidos deben fijar una serie de principios ideológicos compartidos, pero que cada quien va desarrollando su propio modo de pensar y tú serás más Aminadabista que Panista, yo más Remesista que Panista, Pérez más Perecista, etc., pero que la base común de pensamiento debe ser suficientemente amplia como para que podamos compartir una lucha.
Mi liberalismo entra en contradicción con el partido solamente cuando tocamos dilemas de carácter moral (no es el caso del aborto, que comparto plenamente la posición del partido). El punto puede ser grave para algunos, para mí no. No podré jamás a aspirar a ser un ideólogo del partido, a publicar libros sobre el pensamiento del partido, o dar conferencias sobre esta materia. No obstante, los puntos de convergencia son muchos más. Y creo que como yo hay cientos que siempre vemos con preocupación que todos los "cuatros" morales que nos ponen los medios de comunicación y los otros partidos terminan en autogoles anecdóticos. Y el origen está precisamente en la discusión que hoy nos ocupa.
Un saludo afectuoso,
RRTM
La discusión puede seguir al infinito, pero termina reflejando por qué el PAN es calificado de un partido conservador o de derecha, y cómo el hueco del pensamiento liberal no lo tenemos en ningún partido político en México.
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